Impresionante. Otros libros de Yasmina Khadra, pseudónimo de Mohamed Moulessehoul, como por ejemplo “Morituri”, “Lo que sueñan los lobos” o “La parte del muerto” ya nos habían realmente gustado. Detrás de las historias policíacas se encuentran libros bien escritos, bien enmarcados en la Argelia de los años 90-2000, donde los sucesos más complicados son descritos con una narrativa clara, rica en vocabulario, en imágenes, en ideas, donde las historias están bien desarrolladas y bien resueltas.
Este libro -“El atentado”- se encuentra más próximo a “Las golondrinas de Kabul” que a su obra anterior. En estos dos libros, al igual que en “Les sirènes de Bagdad”, recién publicado en francés, explora tres países (Afganistán, Israel-Palestina e Irak) convulsionados por la guerra y el terrorismo. Novela la vida de personas que derivan de posiciones corrientes a posiciones extremas y donde el autor consigue encontrar una brizna de esperanza, todo desde una perspectiva no occidental.
El argumento de “El atentado” es la vida de un médico árabe israelí, casado, bien integrado, en buena posición económica que trabaja en el hospital donde un buen día llegan las víctimas de un terrorista suicida. Al poco tiempo descubre que el terrorista era su esposa. El libro consiste en la búsqueda de razones, que han podido llevar a su mujer a dar un paso semejante. ¿Cómo una mujer moderna, de alto nivel cultural, sin fuertes creencias religiosas, bien integrada en la vida social israelí, ha podido inmolarse tan salvajemente?
Como indica el editor en la contraportada del libro: « “El atentado” no es sólo una reflexión sobre la convivencia entre culturas y pueblos y sobre la incidencia del integrismo. Con su tradicional maestría para el trazo psicológico de los personajes, elaborar diálogos precisos y contundentes, y crear un ambiente emocionante por medio de la tensión narrativa, características elogiadas por el premio Nobel J.M.Coetzee, Yasmina Khadra hace del “El atentado” una novela de engaños y desengaños, de ilusiones y decepciones, una intervención quirúrgica en vivo sobre el amor, la incomunicación y las relaciones de pareja en la sociedad actual. Una reflexión en suma, sobre la vida y la muerte en tiempos difíciles.»
Una cita del libro. Shlomi Hirsh, también llamado Zeev el ermitaño, un israelí medio loco que vive solitario en el lado árabe del muro dice (pág. 207): « -El judío es errante porque no soporta los muros –dice sin prestarme atención-. No es casual que haya levantado un muro para llorar sobre él. Sharon está leyendo la torá al revés. Cree que está resguardando a Israel de sus enemigos y no hace sino encerrarlo en otro gueto, sin duda menos aterrador pero igual de injusto... »
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