Día del Libro. Lunes 23 de abril
Sant Jordi, se acerca. Las librerías llenas a rebosar, apenas conseguimos abrir todas las cajas que nos llegan... es una fiesta. Libros y rosas serán los protagonistas. Engalanaremos las tiendas y las calles. Todas las esquinas, todas las calles se verán invadidas de mesas envueltas en "senyeras". Los autores firmarán sus libros en plena calle o en las librerías. Es el único día del año en el que la ley del libro permite hacer el 10% de descuento a los compradores de libros.
Para los libreros es una fiesta agridulce.
En la parte "...dulce":
En la parte "agri...":
Para los libreros es una fiesta agridulce.
En la parte "...dulce":
- La venta puede alcanzar en un solo día el 10% de la facturación en tienda anual. Es importante para nuestra supervivencia.
- La librería se ve hermosa, desordenada pero hermosa. Miramos con orgullo todos estos libros, que dan a la librería un aspecto próspero y floreciente. Sentimos el olor de la tinta fresca, del encolado reciente...
- Intentamos ordenar los libros con una cierta lógica, ciertamente subjetiva: Adelantamos los que nos gustan, enterramos los que nos parecen prescindibles. Ponemos éste aquí, sólo porque tiene el formato adecuado y nos llena un hueco. Aparece el editor o el autor y nos dice, "¡anda pon éste en mejor sitio!" ¿por qué no?
- Leemos sobrecubiertas, las ponemos en común, reconocemos autores, intentamos ponernos al día en el impresionante número de novedades que aparecen... saber de qué van. Leemos los suplementos de diarios y revistas, que no se nos pase nada importante.
En la parte "agri...":
- Cuando un cliente tras comprar un libro se te despide diciendo "hasta el año que viene".
- Cuando con una cola de 12 personas, intentas aconsejar a alguien sobre los libros que podrían interesar a una joven de 20 años. Al final desbordado sólo puedes decir "Mire los de esa mesa, a ver si le gusta alguno".
- Empezamos a preparar el día del libro un mes y medio antes y terminamos 2 ó 3 semanas después. No diré que estamos "agotados" pero sí que estamos "exhaustos".
- Hay libros que están muy claros, pero por otros hay que apostar. El error no tiene reparación, si has pedido pocos ejemplares de un título y a las 12 te has quedado sin, no hay remedio.
- La invasión de libros comerciales, que sabes que venderás pero que son prescindibles.
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